POJAZZ EN


sábado, 20 de febrero de 2010

SARNATH



Estamos en Sarnath, ya llevamos día y medio, es un lugar tranquilo abarrotado de templos budistas construidos con donaciones de todas las partes del mundo, tampoco aparece en el mapa. Aquí Buda dio su primer sermón, ante lo que seria posteriormente sus discípulos. Hay ruinas del templo que fue arrasado por los musulmanes doscientos años antes de Suso, digo de Cristo. Paseamos sin agobio pues solo se te acercan unas veinte personas al día y eso es bueno.
Hay paz entramos en los templos y como dice PG, se respira una paz tranquilizadora, al contrario que en iglesias y catedrales que se respira sufrimiento.
Lleno de budistas de todo el mundo, callejeamos en este pueblo que al ser pequeño ya casi nos conocen y nos ofrecen los artículos un poco mas rebajados de precio.
Tenemos tiempo para largos paseos entre jardines, nos paramos y comemos frutos o dulces que se cocinan en la calle y son realmente sabrosos.
Los perros vagabundos descansan en los jardines, ni siquiera miran cuando sacamos fotos.
Nuestra habitación de anoche tenia dos huéspedes mas, dos ratones cabroncetes que correteaban sin miedo por la habitación.
Recordando mi etapa cazadora, antes de dormir logro matar unos veinticinco mosquitos de ojos azules. Por la mañana, utilizando una bolsa de papas fritas logro atrapar a uno de los ratones, y cuando lo suelto en el patio, entra en la habitación nuevamente enfadado por nuestra ocupación en su territorio.
Hablamos con el casero, un hombre de sesenta años, un metro sesenta, moreno chocolate, flaco y que le sobresalen matas de pelo en las orejas, le medirán unos treinta y cinco centímetros y cambiamos de habitación a una superior y mas cómoda sin costo alguna gracias a la interpretación majestuosa de PG dando muestras de miedo enorme a entrar en la habitación, ante los ojos del casero, que le parece normal y nos intenta cobrar mas dinero por las superiores, que por otro lado lo merece.
Al final al ver a PG en el patio con las manos en la cara como si llorara, nos la deja sin costo. Hábilmente PG se pone las gafas de sol y hace como que se limpia las mejillas, el casero traga y avergonzado le pide mil disculpas.
Cuando cerramos la puerta, bailamos el Coliman, y le hago entrega del merecido oscar. No saben con que personajes se topan.

Ommmmmmmm, el siempre ateo Russo Rodríguez.

PD: La foto es en Varanasi, al anochecer, cuando se hacen rituales.

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