Bueno, pese a los problemas eléctricos que nos retrasa las entradas y los problemas de Internet, vamos publicando a medida que se puede. Y Pushkar nos tiene atrapados, después de la ceremonia de las llamas, vino algo así como un carnaval de color, donde los niños y no tan niños, pese a que le fiesta en teoría es pintarte la cara con caricias, y como los niños son niños en todas partes pues venga a bañarte de tinte, nosotros pudimos desayunar con la cara pintada y desde la azotea tuvimos que esperar a que amainara el temporal de lluvia de color.
Los niños reían y se lo pasaban de miedo, creo que es debido a que durante el año no tienen muchas posibilidades de ser niños, sus caras felices, sus pistolas, botellas o cualquier artilugio que pudiera abarcar agua y tinte era óptimo para ducharte de color hasta colorearte las ladillas. No escaparon ni las vacas, que los muy cabroncetes a escondidas de los mayores coloreaban como una manera de revolución encubierta.
Cierto es que daban ganas de bañarte de color, pero claro hay que tener en cuenta que el tinte no se va tan fácilmente con lo que con la cara pintada tuvimos bastante. También danzaban los Rajputas (guerreros) con sus palos en círculo golpeándolos en una ceremonia ancestral no olvidada, con la sensación de que los muertos habían ocupado sus cuerpos y danzaban para demostrar que la raza Rajputa sigue viva.
Pese a que por aquí hace unos treinta grados, no paramos de pasear observando alucinados cosas, y por supuesto hacer lazos para la exportación de textiles y otras historias para poner a la venta próximamente.
Seguimos nuestra tarea de relajarnos, escribir y sacar fotos, tomar zumos que por cierto hay uno que se llama "special Lassy" que es de hierbas de dios, a PG le sienta bien, en Pushkar, también se pueden acompañar de deliciosas galletitas.
Happy Holi, que es lo que te decían cuando te bañaban de color, de parte de Russo Rodríguez y PG.
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